Las escuelas utilizan un conjunto variado de herramientas de las TICs para comunicar, crear, difundir, almacenar y gestionar la información. En algunos contextos, las TICs se han convertido también en parte integrante de la interacción entre la enseñanza y el aprendizaje, con estrategias tales como la sustitución de pizarras tradicionales por las pizarras digitales interactivas, la utilización de los propios smartphones de los estudiantes o de otros dispositivos para el aprendizaje durante la clase, y el empleo del modelo del aula invertida mediante el que los estudiantes ven las clases en casa a través del ordenador y se utiliza el tiempo en el aula para realizar ejercicios más interactivos.
Si los docentes dominan el mundo digital y reciben formación para utilizar las TICs, estas estrategias pueden servir para que los estudiantes adquieran habilidades cognitivas superiores, dispongan de opciones creativas e individualizadas mediante las que mostrar los conocimientos aprendidos, y conseguir que estén mejor preparados para hacer frente a los constantes cambios tecnológicos que les va a deparar la sociedad y el mundo del trabajo.
A la hora de diseñar sus estrategias los planificadores de las TICs deben tener en cuenta la ecuación coste-beneficio total, el suministro y mantenimiento de las infraestructuras necesarias y asegurarse de que las inversiones se vean acompañadas por medidas de apoyo a los docentes y otras políticas encaminadas a la utilización efectiva de las TICs .
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